¿Sabías que “minusválido” significa “menos válido”?

minusválido

De “minusválidos” a personas con discapacidad

Más del 70% de las personas con discapacidad consideran que el término “minusválido” es ofensivo o desfasado, según datos del Observatorio Estatal de la Discapacidad.

El origen de “minusválido”

El término «minusválido» proviene del latín: minus (menos) y validus (fuerte, capaz). Literalmente significa “menos válido”. Se popularizó durante el siglo XX, especialmente en documentos oficiales, legislación y ámbitos médicos, como forma de designar a personas con limitaciones físicas o mentales.

Aunque su uso fue considerado «técnico», la evolución del pensamiento social lo convirtió en un término cargado de connotaciones peyorativas, reforzando estigmas y discriminación. Hoy, se considera inapropiado porque sugiere que una persona “vale menos” por tener una discapacidad.

El lenguaje importa

Desde los años 90, instituciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Convención de la ONU sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad han promovido un cambio fundamental.

Esto significa que no se trata de centrar la atención en lo que la persona «no puede hacer», sino en cómo la sociedad puede eliminar las barreras que impiden su participación plena. De ahí el uso del término “persona con discapacidad”, que antepone la humanidad de la persona a cualquier otra característica.

En España, la Ley General de los Derechos de las Personas con Discapacidad y de su Inclusión Social (Ley 1/2013) consolidó este cambio normativo y lingüístico.

La Constitución Española también cambió

En 2021, el Congreso de los Diputados aprobó una reforma del artículo 49 de la Constitución Española para sustituir el término «disminuidos» por “personas con discapacidad”. Puedes leer más sobre esta reforma en el artículo 49 – Congreso de los Diputados

Este gesto tiene una gran carga simbólica y política ya que el lenguaje constitucional también debe cuidar y respetar.

¿Por qué debemos dejar de usar la palabra “minusválido”?

  • Porque es un término obsoleto y peyorativo.
  • Porque sugiere inferioridad y exclusión.
  • Porque existen alternativas correctas: “persona con discapacidad”, “persona con movilidad reducida” “persona con diversidad funcional”, o simplemente… persona.

Para recomendaciones de estilo inclusivo, puedes consultar la Guía de Comunicación Inclusiva del CERMI, una herramienta clave para medios, empresas y profesionales sanitarios.

El lenguaje en residencias, hospitales y centros de día debe ser más que funcional: debe ser humano. Aquí algunos consejos útiles para equipos asistenciales

  • Evita términos que reducen a la persona: no digas “inválido”, “disminuido” o “discapacitado”, ya que refuerzan una identidad basada en la carencia lo mejor es decir “persona con discapacidad”.
  • Antepone siempre a la persona: decir “persona con movilidad reducida” es más respetuoso que “el cojo” o “el paralítico”.
  • Consulta directamente a la persona: cuando sea posible, pregunta cómo prefiere que se refieran a su situación.
  • Evita generalizar o infantilizar: no hables en tono condescendiente ni uses diminutivos como “los chiquitos” o “los pobrecitos”. Trata a cada persona con profesionalismo, respeto y en función de su edad y autonomía ya que la discapacidad no anula la adultez ni la dignidad.
  • Fomenta el lenguaje positivo: hablar de “autonomía”, “capacidades diversas” o “apoyos personalizados” transforma la percepción institucional.

Estas buenas prácticas, además de éticas, generan un entorno de confianza, seguridad y autoestima, tanto para el paciente como para su familia.

¿Qué a pasado en otros países?

En países como Canadá, las instituciones públicas y sanitarias han eliminado completamente el uso del término “handicapped” (equivalente a «minusválido») en toda su legislación. La Canadian Human Rights Commission adoptó desde 2017 la guía «Respectful Language Guidelines» que promueve el uso de expresiones como “people with disabilities” o “persons living with impairments”, siempre desde un enfoque de dignidad y derechos humanos.

“La discapacidad no reside en las personas, sino en las barreras que la sociedad construye.”