Teleasistencia en el aula prepara a tus alumnos para la realidad profesional

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Teleasistencia, de la teoría a la práctica en clase

Con la vuelta a clase, muchos profesores de Ciclos de Atención a Personas en Situación de Dependencia, Auxiliar de Enfermería y también formadores que imparten cursos específicos de teleasistencia se enfrentan al mismo reto:  ¿cómo enseñar la teleasistencia sin limitarse a la teoría y asegurando que los alumnos comprendan lo que significa aplicarla en la práctica?

La demanda de competencias digitales y sociosanitarias está en auge. Según el Observatorio de las Ocupaciones del SEPE, los perfiles vinculados al cuidado de personas mayores y dependientes se encuentran entre los más solicitados en el mercado laboral español (SEPE, 2024). Sin embargo, muchos docentes confiesan que carecen de recursos prácticos para que experimenten la gestión de usuarios, alarmas y comunicación real con un servicio de teleasistencia.

Aquí es donde los simuladores de teleasistencia se convierten en un aliado para el aula.

La teleasistencia ya no es solo un tema teórico, sino una competencia profesional de primer nivel. Incluirla en el aula tiene un impacto directo en los alumnos:

1. Aprendizaje experiencial

Los alumnos no se limitan a escuchar cómo funciona un servicio de teleasistencia sino que lo experimentan. Atienden simulaciones de llamadas, gestionan alarmas y comprueban cómo se registra cada incidencia. Este aprendizaje vivencial genera confianza y seguridad, porque cada práctica se convierte en una pequeña experiencia de lo que vivirán en un entorno laboral real.

2. Desarrollo de competencias digitales

Los futuros profesionales deben sentirse cómodos con interfaces y programas. Con simuladores, los alumnos se familiarizan con herramientas digitales y se preparan para un sector cada vez más tecnológico. Esta formación tecnológica no solo les ayuda en la teleasistencia, sino que mejora su empleabilidad en cualquier entorno sociosanitario digitalizado.

3. Comprensión del componente humano

La teleasistencia no es solo botones y pantallas, detrás de cada llamada hay una necesidad real. Practicar estas situaciones permite que en clase entiendan la importancia de la empatía y la escucha activa. Esto desarrolla habilidades blandas, como la comunicación y la gestión emocional, que resultan tan valiosas como los conocimientos técnicos.

4. Puente con el mercado laboral

Unos alumnos que ya manejan un sistema de teleasistencia llegan con ventaja a sus primeras prácticas en residencias, empresas de servicios sociosanitarios o centros de coordinación. Esto significa que pueden incorporarse con mayor rapidez, cometer menos errores iniciales y destacar frente a otros candidatos que solo conocen la teoría.

Simuladores son un recurso clave

El simulador de teleasistencia reproduce la dinámica real de un centro, entrada de llamadas, gestión de usuarios, asignación de recursos y resolución de incidencias.

Además de las prácticas técnicas, los simuladores permiten entrenar la toma de decisiones bajo presión, algo que difícilmente puede lograrse en un aula convencional. Resolver situaciones urgentes, atender varias incidencias al mismo tiempo o priorizar llamadas según el nivel de riesgo ayuda a que los futuros profesionales desarrollen competencias críticas en un entorno seguro, pero realista.

En países como Reino Unido o Canadá, el uso de simuladores en la formación sociosanitaria ya es una práctica consolidada, reconocida como esencial para preparar a los estudiantes en competencias aplicadas (Government of Canada, 2023). Incorporar estos recursos en España supone ofrecer una formación alineada con los estándares internacionales y responder a la creciente demanda de personal cualificado en teleasistencia.

Cómo integrarlo en tu programa docente

Para que los alumnos aprovechen al máximo la teleasistencia en el aula, conviene seguir algunas pautas:

  • Definir objetivos de práctica claros: registrar un usuario, gestionar una alarma médica o derivar un recurso social.

  • Evaluar la toma de decisiones: los alumnos deben reflexionar sobre la respuesta más adecuada en cada caso.

  • Promover el trabajo en equipo: la teleasistencia requiere coordinación, y los alumnos pueden practicar esta dinámica desde clase.

  • Actualizar escenarios: incluir casos sobre soledad no deseada, emergencias médicas o acompañamiento emocional.

Alumnos preparados para un futuro profesional

Integrar la teleasistencia en la enseñanza sociosanitaria no es solo una innovación, es una garantía de que los alumnos llegarán al mercado laboral con experiencia práctica, competencias digitales y la sensibilidad humana necesaria.

Un simulador en el aula transforma la manera en que aprenden, dándoles confianza y acercándoles desde el primer día a la realidad profesional que vivirán en residencias, hospitales y centros de coordinación.